La KTM EXC 450 llegó a mis manos en septiembre de 2016, justo antes de empezar el curso universitario. Era poseedor de una EXC 125 y quería llevarme la moto a la universidad. El caso es que los 150 km de carretera de mi casa hasta Barcelona serían pesados de hacer, por eso, aprovechando el A2 busqué la moto de enduro auténtica que más bien puede soportar unas cuantas tiradas de kilómetros sin acusar demasiado el desgaste del aceite y partes susceptibles a desgaste, este modelo del 2007, lleva el famoso motor RFS con una “buena” capacidad de aceite en el cárter y tienen una buena reputación en cuanto a fiabilidad. Además la sexta marcha es muy larga y permite incluso (depende del desarrollo, obviamente) hace autopista a velocidades legales sin inmutarse. La verdad es que la usé más de 600 horas y lo único que pidió fue una bomba de embrague nueva. Y muchos pensarán que la moto tuvo un uso “light” y no se usó para lo que está pensada, el enduro de verdad.
Sin ir más lejos, hizo la Bassella Race 2017 y 2018, terminando las dos en condiciones bastante malas de muchísimo barro y lluvia. Obviamente la moto llevaba electroventilador y estuvo todo al dia en marcha. Nunca pidió reglaje de vàlvulas ni abrir motor, hizo salidas de enduro casi a diario durante las vacaciones de verano e invierno y alguna de fines de semana del curso académico, combinando el uso diario por Barcelona con un juego de ruedas supermotard y salidas por carreteras de todo tipo. La moto nunca se quejó.
En Barcelona dormía en un parking cerrado pero al raso, y cada mañana a las 7:40 arrancaba al primer golpe de botón; sí, la batería iba de fábula, nunca la cambié y eso que cuando la compré estaba completamente descargada. Sólo la arrancaba a palanca en público para hacer el “postureo motero” en algún lugar de Barcelona donde la gente admirase una 450 supermotard entre tanto scooter. Ya podía llover, hacer frío, viento o calor que nunca fallaba, y no es para mostrar una imagen idílica de algo que no fue, me lo podría inventar y dejar la moto mejor de lo que se portó pero esta es la verdad.
Una moto dura, potente y más ágil y ligera de lo que gente cree, no hace falta decir que esta fiabilidad refleja el buen mantenimiento que ha tenido, que tampoco ha sido tanto, básicamente aceite y filtros cada 20 o 25 horas. La única pega que le pondría son, como todas las enduro con sus años, que las bombillas al no ser led se funden con solo mirarlas y alumbran nada.
De las mejores motos para moverte por ciudad si quieres potencia, agilidad y no te importa no tener capacidad de carga y llevar siempre un candado con alarma para esa falsa seguridad que queremos con nuestra moto. Ha estado aparcada en casi toda Barcelona y nunca he tenido ningún susto, pero siempre mirando bien donde la dejaba, y si podía ser a la vista de todos y entre muchas motos, mejor.
Tan contento me dejó que me arrepentí de venderla para probar la carretera y me he comprado otra igual; otra KTM EXC 450 del 2007. Bajo mi experiencia, una de las mejores motos para todo tipo de enduro. Puede no ser la mejor en caminos por su tacto nervioso del tren delantero a altas velocidades ni la mejor para enduro de trialeras duras por su retención e inercias propias de una 450. Pero será capaz de pasar por los mismos sitios que cualquier otro modelo, ayudando en la agilidad con ese nerviosismo delantero y traccionando como pocas en sitios complicados. Una moto que dejará huella a cualquiera que tenga la suerte de poder disfrutar y hacer kilómetros encima de ella.