Royal Enfield Guerrilla 450: la moto como siempre ha sido

Cuando la marca indio-británica presentó la nueva Himalayan ya dejó muy claro que ese motor Sherpa iba a ser la piedra angular de sus monocilíndricas de nueva hornada… y la primera ya está aquí.

Era potente -entrega sobradamente los 40 CV de rigor para poder ser conducido con A2-, era ligero y era espartano en sus consumos. Y por eso la Himalayan es -con diferencia- el modelo más vendido dentro del catálogo de Royal Enfield.
Pues bien la Guerrilla -presentaba a la prensa mundial en Barcelona bajo una canícula que fundía el plomo- es la segunda propuesta en incorporar este motor. Una coquetona Roadster que ejemplifica de modo inmejorable ese retorno a la moto básica y fácil del que ya hemos venido hablando en el canal a raíz del lanzamiento de otros modelos.

Los técnicos de Royal Enfield explicaron que la Himalayan y la Guerrilla se desarrollaron a la vez aunque por cuestiones comerciales se decidió adelantar el lanzamiento de la trail.
En cualquier caso se trata de una moto que marca también un punto de inflexión en Royal Enfield y consolida una tercera generación de monocilíndricas que -a su debido tiempo- llevará también a la sustitución de las Hunter y las Scram por las nuevas versiones de éstas.

El motor -recordémoslo- es un monocilíndrico refrigerado por líquido, EFI DOHC de 4 válvulas de 452 cc que rinde 40 CV a 8.000 rpm y 40 Nm de par máximo 5.500 rpm. Y de ese par, más del 85 % está disponible desde las 3.000 rpm. La caja de cambios de 6 velocidades posee un embrague antirrebote y el conductor puede escoger entre dos modos de uso, Eco y Performance.
El consumo homologado es de 3,39 l/100 para un depósito de 11 litros. Eso arroja una autonomía teórica de 324 kilómetros.

La Guerrilla llega con vocación de superventas -entiéndase dentro de los registros de Royal Enfield- y es la moto con mayor vocación “todos los públicos” y menos retro de la marca. Y para lograrlo no se ha reparado en gastos; el chasis ha sido diseñado por Harris -recordemos que es propiedad de Royal- y se basa en el tubular de acero de la Himalayan pero adaptado al asfalto con recorridos más cortos de una suspensión que aquí va firmada por Showa. La Guerrilla es 11 kilos más ligera que la Himalayan quedando su peso en orden de marcha de 184 kilos.


El compromiso entre amortiguación y bastidor es bueno y en ningún momento aparecen meneos o flaneos ni siquiera en curva y pese al tamaño XL del conductor aunque conviene dejar claro que la Guerrilla no es una naked sport. Y uno de los puntos que te lo recuerda es precisamente el freno delantero (un disco de 310 mm con pinza de doble pistón)… algo justo cuando va muy exigido aunque el trasero sea un buen aliado llegado el caso.
La postura de conducción es cómoda y natural, con un manillar estrecho para favorecer el paso entre coches y una altura del asiento de 780 mm apta para todo tipo de estaturas. La ergonomía es totalmente urbana pero no desmerece en carretera.

Intentar conducir la Guerrilla como una deportiva es un error; simplemente se la ha de dejar rodar adaptándose a sus posibilidades y descubriremos que se puede ir sorprendentemente ligero con ella pasándoselo muy bien en curvas. No le gustan las apuradas de frenada ni entrar deprisa en virajes. Es justo lo contrario; entrar normal para salir deprisa gracias a su capacidad para recuperar desde los regímenes medios y a su estabilidad.

Hay que entender que la Guerrilla es una moto ligera y manejable pero que sigue marcando 173 kilos… de hecho la Triumph Speed 400 y la KTM 390 Duke, por poner dos ejemplos de competidoras pesan menos… así que hay que no hay que confundirse y pedirle a su parte ciclo más de lo que puede dar. Repito: es de funcionamiento impecable y sorprendentemente preciso en la trazada simplemente si dejamos que la moto fluya y vaya cómoda.

Por cierto la Royal viene con unos neumáticos mixtos CEAT que pretenden dar un toque scrambler al conjunto aunque la marca ya dejó entrever que no tardaremos mucho en ver una versión nueva de este tipo. La verdad es que no dieron ningún problema y respondieron muy bien a todos los requerimientos que se les hizo desde el manillar aunque sigo pensando que con unas buenas gomas 100% de asfalto la Guerrilla sería un juguete muy serio en curvas.

La Royal Enfield Guerrilla 450 se podrá adquirir en tres decoraciones: Analogue, Dash y Flash con cinco variantes según lleve o no pantalla TFT y equipamiento con Tripper Dash, navegación y conectividad smartphone. El precio base del nuevo modelo estará a partir de los 5247 euros.

Un precio más que interesante para una moto ideal tanto para salidas de fin de semana como para el día a día y capaz de encantar tanto a debutantes como a expertos que ya estén de vuelta de las grandes potencias. Una moto, en resumen, como siempre han sido las motos de media cilindrada: fáciles, económicas y polivalentes.












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